Verbena rigida Polaris - Verbena rígida

La Verveine rugueuse o Verbena rígida Polaris es una planta vivaz poco exigente, muy florífera y resistente a la sequía. Esta prima de la Verbena de la Patagonia aprecia las mismas condiciones de cultivo, pero muestra una floración más pastel, en tonos rosa-azulados a malva, y un porte más compacto, sostenido por una vegetación arbustiva. Florece del verano al otoño, al sol, en macetas, parterres y rocallas soleadas. Para ayudarla a pasar el invierno, deberá ser colocada en un suelo muy drenado, podada a finales de otoño y provista de un grueso mantillo bien seco para protegerla de las heladas intensas.

Originaria de América del Sur, más específicamente del noreste de Argentina y de las pampas de Brasil, la Verbena rígida Polaris, o Verveine rugueuse, a veces llamada Verveine rigide o también Verveine raide, es una especie bien adaptada a los climas secos en verano y a las regiones costeras, azotadas por las brumas marinas. Pertenece a la familia de las Verbenáceas. Se trata de una planta vivaz de raíces carnosas con un crecimiento muy rápido que le permite alcanzar la madurez en pocos meses. Su porte es arbustivo y ramificado desde la base, formando un grupo de 50 a 60 cm de altura por 35 cm de ancho. Su floración, muy larga, se extiende de junio a octubre. Las flores del cultivar Polaris son claras y luminosas, reunidas en corimbos aplanados de un morado un tanto azulado, y sostenidas por tallos cuadrados, rígidos y ramificados. La hoja está compuesta por estrechas hojas rugosas y dentadas.

La verváina Polaris prosperará al sol, en un suelo ligero drenado incluso pedregoso. Moderadamente resistente (hasta -10°C), su vida útil es bastante corta. Si el terreno es propicio, esta debilidad será ampliamente compensada por su capacidad de asegurar su descendencia al auto-sembrarse espontáneamente, donde le plazca, sin llegar a ser invasiva. Es una planta nectarífera que alegrará a las mariposas. Aún poco conocida, será por su facilidad de cultivo y por su interés ornamental que la adoptará. Brillará en la costa o en un jardín seco, donde la instalará junto a gramíneas, salvia arbustiva, o incluso plantada en masa con la Amapola de California, o con la Agastache dorada para un efecto tan cautivador como moderno. Su cultivo en maceta es totalmente posible, aunque requiere riegos frecuentes en verano.

Nuestro consejo: Asóciela también con anuales en parterre. Invítela a sus cestas colgantes.