Veronica gentianoides - Verónica de hojas de genciana

La Veronica gentianoides es una planta vivácea tapizante sin preocupaciones, que primero produce rosetas de hojas gruesas y redondas, de color verde oscuro y brillante, de las cuales se elevan en primavera espigas ligeras de pequeñas flores azul pálido a malva un poco ingenuas. Se sentirá a gusto en un suelo drenado, en la rocalla o en bordillos. Aunque esta planta muy resistente tolera puntualmente la sequía estival, no deberá faltarle agua para mantener su floración.

Originaria del Cáucaso, Turquía e Irán, la Veronica gentianoides, también conocida como Verónica del Cáucaso, es una planta vivaz de la familia de las escrofulariáceas que crece de forma natural en hábitats húmedos de esas regiones, en bosques, praderas y zonas montañosas hasta los 3.600 metros de altitud.

Es una planta rizomatosa que con el tiempo forma matas tapizantes de hasta 60 cm de altura en floración y 30 cm de ancho. Sus hojas verdes y brillantes están agrupadas en rosetas. Son más o menos elípticas, miden de 2 a 8 cm de largo. Florece a finales de primavera o principios de verano (mayo-junio), produciendo espigas erectas que pueden alcanzar los 30 a 40 cm de altura. Están compuestas por pequeñas flores de 10 a 16 mm de diámetro, de tono azul pálido un poco malva, finamente estriadas de violeta.

La verónica del Cáucaso aprecia los lugares luminosos pero acepta la media sombra; prospera en suelos pedregosos, en la rocalla, o en un jardín sobre grava. También se sentirá a gusto en suelos arcillosos frescos y drenados, por ejemplo cerca de un punto de agua, pero teme los suelos pesados saturados de agua y asfixiantes. Se puede crear un bordillo lleno de ternura asociándola con oreja de liebre (stachys lanata), Maíz dulce unifolium, Ajuga reptans o incluso Coralito 'Silver Scrolls'.