Veronicastrum virginicum Kleine Erika

Originaria de las llanuras de los Estados Unidos, como su nombre indica, la Véronique de Virginie se encuentra en estado salvaje en todos los espacios llenos de agua: prados inundables, orillas de zanjas, lindes de bosques... No teme al frío, ni a la falta de luz y se instala en lugares que nos parecerían poco agradecidos. Resulta interesante en términos gráficos y también generosa. Es una planta vivaz herbácea cuya silueta es reconocible rápidamente: todo está organizado alrededor de sus largos tallos no ramificados. Las hojas caducas son largas, de forma lanceolada y calificadas de verticiladas. De hecho, están dispuestas en estrella alrededor del tallo. La espiga floral en el extremo de este es larga, compuesta de múltiples flores pequeñas y a veces rodeada de algunas espigas pequeñas. La floración se desarrolla de abajo arriba y permite descubrir diferentes tonalidades de rosa en Kleine Erika. Muy oscuro al principio, se aclara gradualmente, gracias a la aparición de prominentes estambres pálidos que le confieren un aspecto plumoso. Puede comenzar desde el mes de junio, según el clima de su región, y extenderse hasta septiembre atrayendo a numerosos polinizadores.

Las Veronicastrum virginicum no se expanden y mantienen esa verticalidad, tan gráfica en el macizo. Kleine Erika se desliza así entre las Digitales a la sombra de grandes árboles, detrás de las Primaveras japonesas y los Iris de Siberia junto a un estanque. En un macizo donde el sustrato permanece fresco, se encuentra bien junto a los Phlox de colores variados. No requerirá ningún mantenimiento, excepto un riego si el calor es un poco intenso.