Juniperus media Hetzii - Enebro híbrido

El Juniperus 'Hetzii', es un enebro híbrido muy resistente, que forma un arbusto de tamaño mediano, con porte extendido y escalonado. Se viste con un follaje fino y flexible, de un hermoso gris-azul, y mantiene bien su color en invierno. Este conífero es perfecto para colonizar un gran talud, o para rellenar un macizo en un jardín pequeño. Melífero, produce bonitas frutas primero rojo-púrpura y luego negro-azuladas cuando maduran, apreciadas por los pájaros. Prefiere el sol y un suelo bien drenado, incluso pobre, ocasionalmente seco y calcáreo.

El enebro ‘Hetzii’ fue obtenido en la década de 1930 en los Estados Unidos, por F. C. Hetz, en el vivero de Fairview (Pensilvania). Este cultivar genera confusión en cuanto a su denominación: a veces llamado J. virginiana ‘Hetzii’, otras veces J. media ‘Hetzii’, o incluso J. pfitzeriana ‘Hetzii’… Lo que es seguro es que este enebro forma parte de un grupo de híbridos bastante antiguos, provenientes principalmente de Juniperus chinensis, el enebro de China. Es un conífero muy resistente y muy ornamental que pertenece, al igual que sus padres, a la familia de las cupresáceas.

'Hetzii' forma un hermoso arbusto con porte extendido, con ramas tendentes a ser erectas, en diferentes niveles. Alcanza aproximadamente los 4 m en todas direcciones al madurar. Crece lentamente cuando es joven, luego su crecimiento se acelera un poco con la edad. Sus ramas finas y flexibles, de aspecto plumoso, están cubiertas de pequeñas hojas muy juntas que desprenden al frotar un olor penetrante que puede resultar desagradable. El follaje es gris a verde azulado. Los frutos que se forman en los pies femeninos son bayas llamadas gálbulos; son negros azulados al madurar y ricos en principios terapéuticos. Los enebros tienen un sistema radicular superficial que los hace frágiles ante vientos fuertes y difíciles de asociar con plantas vivaces.

El enebro 'Hetzii' es un conífero resistente y luminoso que ha demostrado su vigor y robustez en taludes y grandes rocallas, entre las rocas. Con su crecimiento moderado y su manto y follaje gris-azulado durante todo el año, lucirá magnífico aislado, o en macizos, plantado junto a coníferas de porte cónico erecto, o arbustivas. Las verdaderas cualidades gráficas de los coníferos se imponen naturalmente en el diseño de un jardín contemporáneo, que prefiere el esteticismo de las formas, las siluetas y las texturas a la danza de las floraciones. Estas plantas de permanencia tranquilizadora estructuran de forma duradera un macizo, marcan los senderos, bordean la terraza, sustituyendo fácilmente la presencia fuerte del boj recortado o del acebo. Se combinan bien con las gramíneas despeinadas de temperamento muy complementario. También se pueden emparejar con brezos (Erica x darleyensis), lavandas, romeros, o incluso rosales frugales (Rosa chinensis mutabilis). Todo consiste en jugar con los volúmenes y los colores.