Crocus pulchellus

El Crocus pulchellus, a veces llamado Crocus veloso o también Crocus de Constantinopla, es una bonita especie botánica con floración otoñal, de fácil cultivo en cualquier suelo drenado. Esta pequeña bulbosa produce flores de un azul lila claro que revelan finas venas violáceas a través de la transparencia. En el centro de la corola, una garganta amarilla acoge un estilo naranja decorativo. Emergen del suelo a finales de temporada, con la bajada de la temperatura y el retorno de las lluvias, antes de la aparición del follaje. Se plantarán sus pequeños bulbos en una rocalla, en bordes de macizos, al pie de árboles caducos o en un césped. Pero también en macetas, lo que permite admirar la delicadeza de sus flores de cerca.

El Crocus pulchellus pertenece a la familia de las iridáceas como todos los crocus. Esta especie, cercana al C. speciosus, posee un tubo floral más sólido lo que evita que la flor se incline tanto bajo la lluvia. Está presente naturalmente desde el norte de la península de los Balcanes hasta el noroeste de Turquía pasando por el Monte Athos al norte de Grecia. Es una planta adaptada a climas de tipo montañoso mediterráneo. En la naturaleza, este crocus crece en céspedes, en bosques o en matorrales poco densos. Ha sido galardonado en Inglaterra por la RHS por sus cualidades ornamentales y su rendimiento en el jardín. En este sentido, ¡se puede suponer que su cultivo no debe ser cosa de especialistas!

En cultivo, este crocus pulchellus florece en septiembre-octubre, según el clima. Cada bulbo produce una flor de 10 cm de altura que emerge del suelo, antes de que las hojas se desarrollen. Las flores, en forma de copa alargada, están compuestas por 6 pétalos finamente venosos de violeta purpúreo sobre un fondo azul malva. Se abren sobre una pequeña garganta amarilla. El corazón de la flor está ocupado por un estilo naranja dividido en filamentos. Este estilo domina una columna de estambres con anteras blancas y filamentos peludos. Las flores se cierran por la noche y en mal tiempo para abrirse ampliamente al sol. El follaje sale de la tierra después de la floración, persiste en invierno y se seca a principios de primavera. Está compuesto por finas hojas lineales, simples y alternas, de un verde medio, con una vena central marcada. Los 'bulbos' aquí son cormos cubiertos por una túnica coriácea que se abre en anillos en la base. Un cormo es, en morfología vegetal, un órgano de reserva subterráneo con aspecto de bulbo, pero formado por un tallo hinchado rodeado de una túnica fibrosa.

La floración del Crocus pulchellus es una agradable sorpresa a principios de otoño. Se planta en rocallas, céspedes, al sol o incluso a la sombra de arbustos y árboles caducos. Se sentirá a gusto y se naturalizará en cualquier suelo bien drenado, incluso un poco húmedo en verano. Asocie los crocus de otoño con sus primaverales primos para disfrutar de varias floraciones en el año. Algunas ideas de asociación: con anémonas blandas, narcisos botánicos y ciclamenes, otros pequeños bulbos de primavera como tulipanes y narcisos botánicos. En medio del césped, opte por muscari y violetas.

Un truco de los crocus: las raíces tienen la particularidad de poder contraerse como un resorte, permitiendo que la planta se instale a la profundidad ideal para ella.