Tripterygium hypoglaucum

El Tripterygium hypoglaucum, hoy en día asimilado al Tripterygium regelii, es un arbusto asiático raro en cultivo, relacionado con nuestro Bonete de cura. Su porte es más bien trepador, lo que requiere prever un soporte que permita a sus tallos rojizos elevarse a varios metros. Posee grandes hojas ovales y puntiagudas y una floración muy decorativa a principios de verano, en grandes panículas espumosas de color blanco a crema amarillento. Sus frutos alados adquieren un bonito tono rojo en otoño. Un arbusto perfectamente resistente, bellamente colorido de primavera a otoño, para descubrir en nuestras regiones frías. Se lucirá en un arco, un porche o incluso dejado en libertad, extendiéndose sin restricciones en un rincón un poco descuidado del jardín.

El Tripterygium hypoglaucum es una planta de la familia de las celastráceas, originaria de Corea, Japón y Manchuria. Ligeramente con chupones, presenta un porte arbustivo y trepador, pudiendo alcanzar 2 a 3 m en todas direcciones, a veces hasta 5-6 m. Su crecimiento es rápido una vez bien establecido. Su ramificación, casi voluble, está compuesta por tallos verrugosos de color rojo intenso cuando son jóvenes, luego marrón rojizo, que llevan hojas caducas, de 10 a 15 cm de longitud, enteras, ovales-elípticas y puntiagudas, de color verde claro con nervaduras rojas en primavera, verde oscuro en el haz en verano y más claras en el envés. La floración suele tener lugar en junio-julio, en forma de grandes panículas vaporosas que pueden alcanzar los 25 cm de longitud, cuyo aroma recuerda al heno cortado. Cada inflorescencia está compuesta por innumerables pequeñas flores blanco-amarillentas. El fruto, inusual y decorativo, es una cápsula con 3 grandes alas papiráceas, primero verde, tornándose rojo-rosado intenso en otoño.

Se puede dejar que el Tripterygium hypoglaucum ocupe libremente y sin soporte un lugar poco utilizado en el jardín, frente a un seto de coníferas, donde florecerá al sol o en Media sombra en un colorido masivo, un poco desordenado. Pero también permite aportar mucha exuberancia a una pared, una Pérgola, una pequeña construcción antiestética, como un cobertizo de jardín o una caseta de herramientas. Representa una alternativa interesante a las Hortensias trepadoras, en una zona soleada, sobre todo porque no es exigente con el tipo de suelo, siempre que se mantenga fresco en verano.