Ostrya carpinifolia - Carpe negro

El Ostrya carpinifolia, también conocido como carpe lúpulo u ostria, es un gran arbusto o pequeño árbol caducifolio interesante en muchos aspectos. Sus ramas cubiertas de follaje amarillo dorado en otoño destacan maravillosamente sobre un tronco agrietado cubierto con una hermosa corteza plateada. Relacionado con el carpe común por la forma de sus hojas, también se distingue por sus frutos decorativos que recuerdan a los del lúpulo. Una especie muy hermosa para plantar de forma aislada en un jardín, o para realizar alineaciones decorativas. Rústico y poco exigente, se conforma con suelos pobres, incluso calcáreos y secos.

El carpe lúpulo, también llamado carpe de hierro en algunas regiones, pertenece a la familia de las betuláceas, al igual que el abedul y el carpe. Es originario del suroeste de Europa y de Turquía, donde prospera junto al Pino de Alepo, el Pino marítimo y el Roble pubescente, generalmente en laderas pedregosas y en suelos pobres. Las condiciones de cultivo, según la riqueza y el agua disponible en el suelo, determinarán si es un gran arbusto de 3 m de altura o un pequeño árbol que alcanza los 15 m. En condiciones favorables, su crecimiento es rápido. Su porte es compacto y erecto, pero su tronco, que a menudo se ramifica en varias ramas principales, le da a la copa una forma difusa que se redondea con la edad. Sus hojas, caducas, alternas y dentadas, son ligeramente pubescentes, especialmente en el envés. Presentan 12 a 15 pares de nervaduras muy marcadas. Las flores, que aparecen en abril o mayo, están agrupadas en forma de espigas. Las flores masculinas son espigas colgantes, mientras que las flores femeninas se presentan en forma de espigas erguidas, terminales, formando a la madurez un fruto colgante de 3 a 5 cm, de color amarillo anaranjado a beige, que se asemeja mucho a los conos de lúpulo.

Se aprecia mucho este carpe lúpulo en las regiones mediterráneas y en la costa azul, aunque su encanto no tenga nada de exótico. De hecho, se planta en estas regiones por su gran frugalidad y su capacidad de adaptarse a suelos pobres, ofreciendo hermosos colores otoñales y una corteza original. Se puede asociar en un bosquecillo o en un seto al roble verde, al arce de Montpellier, al pino de Alepo, o incluso al árbol de hierro y al evónimo alado, para introducir hermosos colores otoñales. También es un hermoso ejemplar aislado, en un gran jardín natural.