Guisante de olor Alan Titchmarsh - Lathyrus odoratus

El Guisante de olor o Lathyrus odoratus 'Alan Titchmarsh' es una variedad antigua, que data de 1986, con un magnífico colorido. Produce grandes flores todas onduladas de un rosa pálido diáfano, glaseado de crema, ligeramente perfumadas. Esta planta anual voluble también se distingue por su crecimiento rápido y vigor, lo que le permitirá colonizar rápidamente hermosas superficies, ya sea en el suelo o verticalmente. Caerá en guirnaldas románticas desde cestas colgantes. Se cultiva en un suelo fértil y fresco, a pleno sol.

El Lathyrus odoratus es una planta herbácea anual de la familia de las fabáceas originaria del sureste de Italia y Sicilia. Trepa gracias a zarcillos, la variedad 'Alan Titchmarsh' puede alcanzar 1,80 m de altura y 30 cm de ancho en pocos meses. Sus hojas están dispuestas de dos en dos en tallos cuadrangulares, con estípulas en la base y prolongadas en zarcillos. Su color es verde claro. La floración se produce de junio a agosto. Las flores papilionáceas son muy grandes, agrupadas en racimos axilares que contienen hasta 5 flores pastel, con pétalos muy ondulados. Están formadas por 5 pétalos, siendo el superior, también el más grande, en forma de estandarte, mientras que los otros tienen una forma intermedia entre el labio y el tubo. Desprenden un perfume delicado pero ligero, con un aroma floral dulce con notas suaves, mieladas y musgosas, muy femenino. El fruto es una vaina plana que se enrosca al expulsar sus semillas a distancia. Es necesario eliminar las flores marchitas, ya que la producción de semillas detiene inmediatamente la floración. Los guisantes de olor enraízan bastante profundamente en el suelo para extraer agua y nutrientes. 

Los guisantes de olor son insustituibles, su floración conmovedora y pasada de moda aporta mucho encanto a los ramos, a las suspensiones y a cualquier soporte que colonizan valientemente en una temporada. Son igualmente encantadores en los macizos de verano, utilizando plantas vecinas o arbustos como soporte. También pueden formar tapices de gran belleza, mezclando colores. Son inseparables de los pequeños jardínes amurallados, al igual que las peonías, las rosas trepadoras, las digitales, las campanillas de hojas de melocotonero y las aquilegias. También se instalan en el suelo fértil y regado del huerto, donde permiten constituir una buena reserva de flores para cortar.