Guisante de olor Route 66 - Lathyrus odoratus

El Guisante de olor 'Route 66' es una nueva variedad de Lathyrus odoratus grandiflora que se distingue por sus grandes flores de forma perfecta, muy fragantes, que combinan en sus corolas rizadas un tono rosa casi rojo y blanco. Sus flores se disponen a lo largo de vigorosos tallos volubles que colonizarán sin dificultad cualquier soporte que se les brinde. Apreciadas en ramos, también caerán en románticas guirnaldas de cestas colgantes. Se cultivan en un suelo fértil y fresco, a pleno sol.

El Lathyrus odoratus es una planta herbácea anual de la familia de las fabáceas originaria del sureste de Italia y Sicilia. Trepa gracias a zarcillos, la variedad Route 66 puede alcanzar 1 m 80 de altura y 30 cm de ancho en pocos meses. Sus hojas están dispuestas en pares en tallos cuadrangulares, provistos de estípulas en la base y prolongados en zarcillos. Su color es verde claro. La floración se extiende de junio a agosto. Las flores papilionáceas son de buen tamaño y muy onduladas, se agrupan en racimos axilares y son claramente bicolores, mitad blancas, mitad rojo-rosadas. Están formadas por 5 pétalos, siendo el superior, también el más grande, en forma de estandarte, mientras que los otros tienen una forma intermedia entre el labio y el tubo. Desprenden un delicado aroma, con un dulce aroma floral con acentos suaves, mielados y musgosos, muy femenino. El fruto es una vaina plana que se enrosca al expulsar sus semillas a distancia. Es indispensable eliminar las flores marchitas, ya que la producción de semillas detiene inmediatamente la floración. Los guisantes de olor enraízan lo suficientemente profundo en el suelo para obtener agua y nutrientes. 

Los guisantes de olor son insustituibles, su floración conmovedora y anticuada aporta mucho encanto a los ramos, a las suspensiones y a cualquier soporte que colonizan valientemente en una temporada. También son encantadores en macizos de verano, utilizando plantas vecinas o arbustos como soporte. También pueden formar tapices de gran belleza, mezclando colores. Son inseparables de los pequeños jardínes amurallados, al igual que las peonías, las rosas trepadoras, las digitales, las campanillas de hoja de melocotonero y las aquilegias. También se instalan en el suelo fértil y regado del huerto, donde permiten constituir una buena reserva de flores para cortar.