Jaborosa integrifolia

La Jaborosa integrifolia o Jaborose es una sorprendente planta vivaz relacionada con el tomate que proviene de América del Sur, donde se extiende en las pampas, formando un tapiz de hojas lustrosas que se anima con hermosas estrellas blancas y fragantes durante meses. Esta planta generosa y fácil de cultivar merece ser más plantada en los jardines, imponiendo algunos límites a sus rizomas vagabundos. Un cubresuelos original para plantar al pie de un seto o en una rocalla, en todas nuestras regiones libres de inviernos rigurosos.

La Jaborosa integrifolia es una planta herbácea vivaz de la familia de las solanáceas. Esta especie es originaria del este de Argentina y se encuentra extendida en Brasil, Paraguay, Uruguay y en los Andes. De crecimiento indeterminado, debido a sus rízomas subterráneos rastreros, a veces puede volverse invasiva donde se siente a gusto. Adaptable al suelo siempre que esté bien drenado, resiste a heladas muy cortas del orden de -8°C y conserva su follaje en inviernos suaves. En otros lugares, el follaje es caduco, desaparece en invierno. Una vez bien enraizada, la planta soporta los veranos secos, pero un buen riego de vez en cuando apoyará la floración.

Esta Jaborose no desarrolla tallos, sus grandes hojas emergen directamente del suelo, sostenidas por un largo pecíolo y agrupadas en rosetas de 15-20 cm de altura. Estas hojas, que pueden medir 20 cm de longitud, son gruesas y carnosas, lustrosas, de forma oval lanceolada y de color verde fresco, con una vena mediana marcada. El conjunto de rosetas forma un tapiz bastante suelto que se puede densificar limitando el espacio vital de la planta. La floración comienza en mayo, más temprano o tarde dependiendo del clima, y continúa hasta finales del verano si el suelo se mantiene un poco fresco. Las flores son solitarias, erguidas, de un blanco puro, compuestas por un largo tubo que se abre en 5 pétalos formando una estrella con extremos muy afilados, de 6 a 7 cm de ancho. Desprenden un perfume suave al final del día. Las flores son efímeras, viven solo un día o dos, pero se producen continuamente nuevas. La planta a veces produce algunos frutos que se asemejan a diminutos tomates. Como muchas plantas de la familia de las solanáceas, la Jaborosa integrifolia contiene moléculas tóxicas si se ingieren.

La Jaborosa es una planta poco común y poco exigente, con un encanto exótico, que seducirá a los amantes de las curiosidades botánicas. Se planta en el borde de un camino, al pie de un seto en el lado soleado, en una ladera fresca o incluso en una rocalla con sombra fresca. Esta vivaz también se extenderá entre arbustos, buscando la luz y la humedad. Si se coloca en un lugar demasiado sombreado, florecerá poco. Para densificar su tapiz de hojas, se recomienda mantenerla en un espacio definido. Al sol o a media sombra, la Jaborose acompañará a las vinca minor, hepaticas doradas, ¡y muchos otros cubresuelos más!