Ipomoea learii - Campanita morada

La Ipomoea indica, o Ipomoea learii, a veces llamada Ipomea de la India, es una liana vivaz por su raíz, con tallos flexibles y  volubles extremadamente vigorosos, capaces de alcanzar más de 10 metros en una temporada. Los largos cordones de esta ipomea corren por el suelo enraizándose en cada nudo tanto como escalan los árboles más altos, buscando el sol para producir miles de flores de julio a octubre. Estas corolas en forma de embudo muestran un hermoso tono azul-malva, luminoso al amanecer. Se marchitan en las horas más calurosas del día o por la noche, adquiriendo un tono más púrpura. Si te gustan las plantas exuberantes en exceso, capaces de cubrir una pequeña carpa de jardín en una temporada, adopta esta bella ipomea en terreno abierto o en macetas. Es bastante resistente a la sequía y poco exigente en cuanto al suelo. ¡Prepara espacio y vigila su desarrollo!

La Ipomoea indica pertenece a la familia de las convolvuláceas. Esta planta es probablemente originaria de las regiones tropicales y subtropicales de América del Sur, pero se ha naturalizado en muchas regiones del mundo donde encuentra inviernos suaves y largos veranos cálidos. En Europa, se encuentra con frecuencia en el norte de España, pero también en Francia, en zonas algo húmedas o en jardines del sur. Es una liana herbácea persistente si no hay heladas, completamente caduca por debajo de -3°C. Su raíz, bien protegida, resistirá a heladas cortas del orden de -8°C. El crecimiento de esta planta es fulgurante tan pronto como la temperatura sube en primavera. Del suelo emergen tallos vellosos flexibles pero sólidos como cuerdas, a menudo teñidos de púrpura. Los tallos son o rastreros, asegurando el desarrollo horizontal de la planta, o trepadores, asegurando la floración. Llevan grandes hojas (15 cm x 18 cm) divididas en 3 a 5 lóbulos con base cordada, de color verde bastante oscuro, vellosas en ambas caras. La floración, desenfrenada y muy visitada por grandes abejas, comienza generalmente en julio y no termina hasta octubre. En las axilas de las ramas nacen en largos pedúnculos racimos de botones enrollados muy apretados. Se abren gradualmente en grandes flores en forma de embudo de 8-10 cm de diámetro. Las flores son azul-malva por la mañana, atravesadas por rayos rosados que se sumergen en una pequeña garganta blanca. Se abren al amanecer, se tornan púrpuras durante el día y se cierran al final de la tarde. En clima mediterráneo, las flores suelen cerrarse a principios de la tarde debido al intenso calor. Esta ipomea raramente produce semillas en nuestros climas, excepto en zonas muy privilegiadas.

La Ipomoea learii se enrosca con vigor, si se le permite, hasta la cima de los árboles. Es espectacular en una antigua valla o un gran muro. Bajo la mayoría de nuestros climas, requiere una ubicación resguardada. Al guiar los tallos volubles a medida que crecen, se puede utilizar esta planta para cubrir una cerca, una espaldera, una carpa de jardín, dada su fuerza. En el jardín o en una maceta grande en la terraza, acompañará a la Mandevilla laxa, con flores blancas y fragantes, o se mezclará con las floraciones de las ipomeas anuales, las clemátides y otros madreselvas. Esta Ipomoea también se puede cultivar en macetas grandes, que se pueden proteger de las fuertes heladas.