Datisca cannabina - Cáñamo falso

El Datisca cannabina, a veces llamado Cáñamo falso, es una planta rara, de una belleza sencilla, una vivácea monumental hecha para grandes espacios y zonas naturales. En una temporada, forma un enorme manojo de tallos y follaje que se asemeja de cerca al del cannabis. Su floración estival, compuesta por altas inflorescencias, recuerda a largas y finas espigas de color blanco verdoso a amarillo, rodeadas de un discreto perfume. Frescura, exuberancia, originalidad, es lo que ofrece esta planta inusual pero muy resistente, aportando al jardín un toque tanto exótico como muy libre, en todo caso muy personal. Se cultiva al sol, en un suelo rico, profundo y fresco.

El Datisca cannabina es una planta vivácea originaria de Creta, Turquía, y extendida hasta el oeste del Himalaya, perteneciente a la familia de las Datiscacées. Su tocón extremadamente resistente se vuelve leñoso con el tiempo, pudiendo llegar a ser enorme, hasta 2 a 3 metros de ancho. Su crecimiento es tan rápido que alcanzará 2 a 3 m de altura por 80 cm de ancho en 1 o 2 años. Su porte erguido en primavera se expande tras la floración. El follaje, caduco, está compuesto de hojas alternas, divididas en 7 a 9 folíolos muy alargados, con bordes dentados, adquiriendo un tono amarillo en otoño. Las diminutas flores verdes aparecen en julio, reunidas en racimos estrechos y colgantes, rodeadas de brácteas que aportan aún más delicadeza al conjunto. Las flores masculinas y femeninas están separadas en un mismo individuo, pero a veces algunas plantas son totalmente unisexuales. Esta floración de aroma herbáceo y verde es muy melífera. Cuando se forman, los frutos son pequeñas cápsulas dehiscentes al madurar, dispuestas en un largo racimo colgante y estrecho. Es en este período que la planta se curva y adopta el aspecto de un gran ramillete de cañas de pescar.

El Datisca cannabina es ideal para aportar densidad en el fondo de un macizo. Más interesante por su follaje que por su flor, constituye no obstante un conjunto muy armonioso que realza los arbustos floridos y las grandes vivaces, y otorga volumen a cualquier composición paisajística. Es tan vigorosa que se puede usar perfectamente en un seto, para ocultar una vista desagradable en tiempo récord. Encaja perfectamente en un jardín de estilo exótico y se combina bien con plantas de follajes amplios. Se puede asociar con otras gigantes, como el Cephalariagigantea, la salvia guaranítica, la Persicaria polymorpha, la Onopordum nervosum, la Vernonia gigantea o la sorprendente Napaea dioica.

El Cáñamo falso proporciona aceite y un colorante amarillo brillante.