Clerodendrum bungei - Cleodendro chino

El Clerodendrum bungei, también conocido como Clérodendro de Bunge, es un arbusto muy adaptable al suelo, poco utilizado en nuestros jardines a pesar de su hermosa floración rosa y perfumada a finales del verano que deleita a las mariposas. Su aspecto recuerda un poco al de las hortensias redondas, aunque está relacionado con las verbenas. La planta, con chupones, forma un alto manojo de tallos verticales, leñosos en la base, coronados en septiembre por paniculadas redondeadas compuestas por pequeñas flores de un rosa verdadero y brillante, agradablemente perfumadas, seguidas de bonitas bayas azul oscuro. Una planta muy hermosa, que requiere poco mantenimiento, adecuada para macizos de inspiración naturalista y setos floridos.

El Clerodendrum bungei pertenece a la familia de las verbénáceas. Es originario de las zonas boscosas de regiones subtropicales de China, Taiwán, Vietnam y el Himalaya.  Sin embargo, su rusticidad es buena, ya que la planta rebrota desde la raíz después de breves heladas del orden de -15°C, siendo las partes aéreas destruidas con las primeras heladas. Este arbusto también se conoce como Clérodendro fétido (Clerodendrum foetidum), debido al desagradable olor que desprende su follaje al ser aplastado. Con forma globalmente redondeada, poco densa, de crecimiento bastante rápido, la planta, que puede alcanzar entre 1,80 m y 2 m si no es podada por el frío, 1 m en caso contrario, se extiende mediante la formación de chupones que a veces surgen a 1 m de la raíz; requiere espacio y control de su crecimiento mediante la eliminación de los rebrotes errantes. A cambio, su floración tardía encanta tanto a la vista como al olfato:  sus inflorescencias en bolas de color frambuesa se abren progresivamente en diminutas flores estrelladas de un rosa puro y brillante, dotadas de un intenso perfume floral que atrae a numerosos insectos polinizadores, seguidas de bayas negro-azuladas decorativas en otoño. El follaje, caduco, es de color verde oscuro brillante en verano, con los brotes jóvenes a menudo coloreados de púrpura. Las hojas, enteras, opuestas, de 10 a 20 cm de ancho, son globalmente cordiformes, con bordes marcadamente dentados.

El Clérodendro de Bunge es un arbusto magnífico en el fondo de un macizo o en un seto libre. Su floración tardía es un encanto, acompañando a los rosales trepadores, los ásteres de otoño, las altas gramíneas emplumadas y las salvias arbustivas en plena floración. Resistente al calor, indiferente al tipo de suelo siempre que sea profundo, se adapta a muchas regiones pero teme los climas demasiado fríos en invierno. Se puede asociar, por ejemplo, con Neilia affinis, espireas de primavera (arguta, Van houttei, prunifolia), espireas de verano (S.japonica Anthony Waterer), viburnos, seringas, buddleias, rosales paisajísticos para escalonar las floraciones y jugar con los colores del otoño en un seto o un gran macizo de arbustos fáciles de cuidar. Este clérodendro también es apto para el cultivo en maceta, lo que permite controlar su vigor.  En regiones frías, es preferible cubrir su raíz con un grueso mantillo protector.