Eucalyptus urnigera f.glaucus

El Eucalyptus urnigera f. glaucus, conocido como el Eucalipto urna, es una especie de montaña de Tasmania, interesante por su buena resistencia al frío. Este pequeño árbol de crecimiento moderado se distingue por su hermosa corteza clara que muestra diferentes tonalidades. Esta es la forma glauca, con un follaje persistente de un hermoso tono azulado. Especialmente atractivo es su follaje juvenil, compuesto por hojas opuestas casi redondas. Este Eucalipto produce una floración en forma de pequeños pompones blancos, en diferentes épocas del año, pero generalmente hacia finales del verano. Crece bien al sol, en la mayoría de los suelos excepto los demasiado calcáreos, y se adapta bien a los climas oceánicos.

El Eucalyptus urnigera es una especie endémica de Tasmania, donde se desarrolla principalmente en el sureste de la isla y en algunas estaciones aisladas. Se encuentra en zonas de montaña, desde medias pendientes hasta más de 1000 m de altitud, creciendo en suelos poco profundos, entre afloramientos rocosos, en las cumbres y en bosques dispersos. Como todos los Eucalyptus, pertenece a la extensa familia de las Myrtacées, rica en géneros ornamentales (Callistemon, Chamaelaucium, Melaleuca...). La forma verde del E. urnigera se encuentra generalmente a baja altitud, mientras que la forma glauca prefiere altitudes y cumbres. Esta especie, al igual que muchos otros Eucalyptus, desarrolla un lignotúber, es decir, un engrosamiento rico en almidón en la base del tronco parcialmente subterráneo, que permite la reactivación de yemas después de un incendio. Esta adaptación a las condiciones locales explica por qué la mayoría de las especies rebrotan bien después de podas, incluso severas, lo que permite rejuvenecer los ejemplares favoreciendo el crecimiento de nuevos brotes.
De crecimiento moderado y desarrollo moderado, este Eucalyptus forma un árbol de aproximadamente 12 m de altura (a menudo menos en nuestros climas), con una estructura relativamente estrecha en su entorno natural, debido a la competencia de los ejemplares circundantes. En ese caso, tiende a buscar la luz de la que se alimenta, estirándose hacia arriba, dejando el tronco parcialmente desnudo en la parte inferior y sosteniendo una copa un tanto amplia en la parte superior. Plantado en solitario, formará una copa más extendida, con una ramificación mejor distribuida en la altura del árbol. La corteza lisa se adorna con colores variados, mezclando blanco, gris claro, amarillo y algunos tonos más marrones. Se desprende regularmente en largas tiras que caen al suelo al pie del árbol.
El follaje también es un punto ornamental destacado de esta especie, especialmente en esta forma glauca. El follaje juvenil es más azulado que verde, con hojas pequeñas casi redondas, de 2 a 3 cm de diámetro. Sésiles y opuestas, rodean los tallos jóvenes, también de color azulado. El follaje adulto tiene una morfología bastante diferente, como suele ocurrir en los Eucalyptus. Las hojas son entonces alternas y pecioladas, de forma alargada a ligeramente elíptica, midiendo de 3,5 a 9 cm de largo por 1 a 2,8 cm de ancho. También son azul verdosas y aromáticas debido a las glándulas ricas en aceites esenciales, distribuidas en las intersecciones de las venas del limbo.
La floración, muy clásica, está compuesta por pequeñas flores apétalas, cuyos estambres son decorativos. De color blanco, estas flores están agrupadas en 3, en las axilas de las hojas, y aparecen en Tasmania prácticamente en cualquier época del año, pero con un pico más marcado de abril a julio. En nuestros climas, generalmente ocurre hacia finales del verano, pero su relativa discreción, debido al tamaño pequeño de los pompones blancos, no la convierte en un evento destacado. Los pequeños frutos que siguen tienen una curiosa forma de urna, que le ha dado a esta especie su nombre. No tienen interés ornamental.
El Eucalyptus urnigera crece en suelos rocosos, en terrenos neutros a ácidos, e incluso alcalinos, siempre que no contengan demasiado calcio activo. Necesita sol y aprecia los suelos frescos, tolerando incluso inundaciones temporales. Nuestros climas oceánicos, e incluso semicontinentales no demasiado fríos, le convienen bien, ya que es resistente hasta -15°C en suelos bien drenados. Por otro lado, la sequedad del sur no le conviene mucho, aunque una vez bien enraizado, es capaz de resistir episodios secos.

Este Eucalyptus es una verdadera joya para los amantes de la exotismo que no viven en la Costa Azul. Uno de los más rústicos junto con el Eucalyptus niphophila (con el evocador nombre común de Eucalipto de las nieves), permite crear un ambiente típico del sur incluso en climas frescos. Limitándose generalmente a 7 u 8 m de altura en nuestros climas, es perfecto para los jardines pequeños. Plante junto a él otras plantas evocadoras como palmeras rústicas: el Trachycarpus wagnerianus con sus palmas tan gráficas y su estipe fibroso se combinará perfectamente con el Eucalipto urna para crear una escena de ensueño. Con un crecimiento más lento y una estructura más compacta, el poco conocido Rhapidophyllum hystrix, con espinas en su estipe, y el Sabal minor, cuyas hojas solo emergen del suelo, también crearán un ambiente especial.