Matteuccia orientalis

La Matteuccia orientalis,, también conocida como Onoclea orientalis, es una hermosa y gran especie asiática no invasiva, con una apariencia casi tropical que se destaca en un lugar privilegiado, húmedo, humífero y sombrío. En primavera, forma majestuosas frondas estériles, inicialmente verticales, que luego se arquean graciosamente en un embudo ampliamente abierto, del cual brota al final del verano un ramillete de frondas estériles plumosas, más delgadas, persistentes, primero de color verde oliva, luego negro azulado en otoño para finalmente colorearse de marrón oscuro por las esporas maduras. A veces llamada helecho pluma de avestruz, esta planta, bastante rara en cultivo, es simplemente magnífica al borde de un estanque, en un rincón sombrío de una escalera, o cerca de una entrada.

La Matteuccia orientalis es un helecho de rizoma poco invasivo, originario de Rusia, Corea, China, el Himalaya, India y Japón. Esta planta, anteriormente clasificada en la familia de las woodiáceas, pertenece hoy a la de las onocleáceas. La planta tiene un porte erecto, en mata muy abierta de grandes frondas dispuestas en corona, naciendo desde el suelo y alcanzando 70-80 cm de altura por un metro de ancho como mínimo. Sus rizomas gruesos crecen en la superficie del suelo. Los nuevos 'retoños' (los brotes curiosamente enrollados característicos de los helechos) emergen de la tierra ya en el mes de abril. Son triangulares, a veces de hasta 1 metro de largo y 30 cm de ancho en la base, de estructura gruesa, compuestas por foliolos penatifidos de color verde muy tierno. Estos foliolos también son lanceolados y bastante estrechos. A finales de julio, o incluso en agosto, surgen en el centro de la corona frondas fértiles estrechas y plumosas que no superan los 40 cm de altura, de un verde oliva que luego se vuelve marrón, con bordes enrollados, gráciles y ligeros como encaje, cubriendo bajo sus ondulaciones los soros (células de la reproducción) de la planta. Esta planta no resulta invasiva.

Las Matteuccia son grandes helechos encantadores. Dependiendo de las especies, pueden ser muy o poco estoloníferas. Según el espacio del que dispongas, esta característica debe ser absolutamente considerada. La Matteuccia orientalis es una de las más moderadas en su desarrollo. Aunque soporta -15°C durante un corto período, teme las heladas prolongadas, especialmente en suelos encharcados. Maravillosa en el sotobosque, bajo árboles o arbustos caducos, merece ser colocada cerca de un paso sombrío, de una pequeña construcción de piedra, de una escalera de jardín, ya que forma con las piedras una unión de gran clase. También se puede colocar cerca de un punto de agua, espejo de su silueta arquitectónica animada por ondulaciones luminosas. El milagro de sus retoños brotando de la tierra siempre intriga y divertirá mucho a los niños. Se puede acompañar con lirios amarillos, soleirolia, talictros o aquilegias en suelo blando y fresco, protegida del fuerte sol que ennegrece las frondas. En nuestro jardín, la hemos asociado con la primavera de Japón y la escila española que se resiembra entre sus rizomas.