Tomillo - Thymus longicaulis

El Thymus longicaulis, también llamado Tomillo de tallos largos, es uno de los mejores tomillos cubresuelos para todas las regiones. Vigoroso, robusto y muy tapizante, forma un tapiz muy aromático y particularmente denso cuyos tallos entrelazados se adaptan a los relieves del suelo. Florece abundantemente desde principios de primavera, con pequeños ramos de flores rosa malva, cubriendo todo lo que conviene ocultar bajo una marea ondulante y muy rosa a ras de suelo. En el jardín, se utiliza en rocallas o sobre muros de piedra, pero también en zonas poco transitadas para sustituir el césped, solo o mezclado con otros Thymus cubresuelos. Perfectamente resistente, esta vivácea de suelos pobres y secos exige pleno sol y un suelo drenado.

Originario del sur de Europa, especialmente de Italia, el Tomillo de tallos largos es una especie botánica perteneciente a la familia de las Lamiaceae. En Francia, crece de forma espontánea, por ejemplo, en el Macizo Central. En la naturaleza, se encuentra en lugares rocosos y bien drenados, como losas rocosas, colinas secas, taludes desnudos y viejos muros. Su resistencia a la sequía y al frío es muy notable. Su porte es muy tapizante, sus tallos enraízan al contacto con el suelo, permitiéndole formar una alfombra de follaje muy densa, de 15 cm de altura y al menos 50 cm de ancho. Su follaje está compuesto por hojas diminutas, ovaladas-alargadas, coriáceas, de un verde oscuro. Al frotarlas, desprenden un aroma a serpol y limón. La floración ocurre de abril a junio, según el clima. Pequeñas flores tubulares y labiadas de color rosa malva, agrupadas en verticilios densos, florecen por encima del follaje, en los extremos de los retoños del año, atrayendo a numerosos insectos libadores. Como muchas plantas mediterráneas adaptadas a la sequía, los tomillos desarrollan un doble sistema raíz, formado por una raíz principal, de papel fundamental, que se hunde profundamente en el suelo o en las grietas de las rocas, y una red superficial de raicillas muy largas capaces de captar la menor humedad en la superficie. Esta planta difunde a través de sus raíces moléculas que limitan la germinación de otras plantas mediante un fenómeno de alelopatía, lo que reduce a largo plazo la tarea de desherbar.

El Thymus longicaulis es decorativo todo el año y resulta resistente en suelos drenados en todas nuestras regiones. Su porte muy tapizante lo convierte en una planta ideal para cubrir con elegancia las juntas de pavimentos, las grietas y la parte superior de los muros, o los alrededores de una escalera de piedra, más aún porque soporta bien un pisoteo moderado. Se utiliza solo o mezclado con otros tomillos (Thymus ciliatus, Thymus serpyllum 'Lemon Curd', Thymus herba-barona, Thymus hirsutus...), así como con plantas robustas como la Achillea crithmifolia, el Phyla nodiflora o el Trifolium fragiferum. El tomillo de tallos largos viste el suelo cerca de un macizo y sustituirá ventajosamente al césped, incluso en el seco verano del sur. Se sentirá muy a gusto en una rocalla muy soleada, acompañando a aubrietas, cestas de oro o plata, teucrios y ceanotos rastreros.