Mezcal - Agave parryi var. huachucensis

El Agave parryi var. huachucensis es una subespecie del Mezcal de Parry, que se diferencia principalmente por la cantidad de hojas que componen su roseta, así como por su forma más afilada. La planta, de tamaño mediano para el género, se desarrolla en una roseta de color azulado, bastante regular, pero a veces da la impresión de haber sido "despeinada" por el viento debido a que todas sus hojas están curvadas en la misma dirección. La rusticidad excelente de esta planta vivaz en suelo poroso, seco y pobre es una bendición para los coleccionistas de plantas exóticas. Provechosa para situaciones áridas, terrenos con poca profundidad, grandes rocallas y jardines de Causses, este agave estructurará de forma natural un decorado depurado, mineral, en un jardín seco pero también en una terraza expuesta al sur.

Originario del extremo sur de Arizona en EE. UU., el Agave parryi var. huachucensis es uno de esos agaves poco conocidos, multiplicados bastante recientemente en cultivo por apasionados siempre en busca de plantas exóticas capaces de sobrevivir a nuestros inviernos fríos y húmedos. Esta especie botánica de crecimiento lento está adaptada a climas semi-desérticos, muy calurosos en verano, suaves en invierno, pero soporta bien fuertes heladas si se planta en suelo seco. Pertenece a la familia de las agaváceas, al igual que los Yucas. Esta planta suculenta herbácea vivaz posee rizomas capaces de producir vástagos. Como un gran repollo, está compuesta por numerosas hojas superpuestas unas sobre otras como las pizarras de un tejado. La roseta así formada alcanza una altura y anchura de 75 cm a la madurez. Las hojas lisas, rígidas y muy gruesas son de color azulado y están bordeadas de espinas. El extremo de cada hoja está provisto de una espina acerada de color negro a rojizo. Cuando una roseta alcanza la madurez, después de muchos años, produce una vara floral que alcanza de 1 m 50 a 2 m de altura. Está ramificada, cada una lleva paniculas aplanadas y esféricas, de 7 a 10 cm de ancho, compuestas por una miríada de pequeñas flores amarillo-verdosas. La planta, calificada de monocárpica, muere después de la floración que dura varios meses, habiendo cuidado de producir pequeñas rosetas periféricas para asegurar su perennidad.

Cultivable en muchas regiones, este agave encontrará su lugar en una gran rocalla, o en los límites de un jardín seco, embelleciendo ventajosamente un decorado mineral, muy depurado, puntado de algunas gramíneas silvestres como el Stipa ichu o el Tipa gigantea. Se puede acompañar de tunillas, del gran cactus cardón, de cactus bastante rústicos (Cleistocactus strausii, Cylindropuntia imbricata), de plantas igualmente frugales. También se puede cultivar este agave en una maceta grande en la terraza, eligiendo cuidadosamente el lugar más soleado, protegido de las lluvias invernales, para recrear un decorado inspirado en los jardines cerrados y los patios que florecen al otro lado del mundo.

El Agave es una planta comestible, con la que en México se fabrica el maguey, una bebida alcohólica obtenida por fermentación de su jugo rico en azúcares. También se utiliza en medicina tradicional en México, Brasil e India, posee propiedades antifúngicas comprobadas. Muy melíferas y nectaríferas, las inflorescencias atraen a numerosos insectos polinizadores.