Xanthoceras sorbifolium

El Xanthoceras sorbifolium, también conocido como Xanthoceras de hojas de sorbo, es un arbusto muy poco común en nuestros jardines, probablemente debido a su crecimiento lento, la fragilidad de los jóvenes plantones y una capacidad de multiplicación limitada. Es un encantador pariente del Jabonero de la China (Koelreuteria paniculata) que tiene un follaje ligero que recuerda al del sorbo, ofrece una floración primaveral tan abundante como colorida y hermosos colores otoñales. También es una planta interesante por sus semillas comestibles. Una vez maduro, este arbusto se vuelve muy resistente al frío, pero también a la sequía estival. ¡Sin duda merece un lugar en muchos jardines!

El género Xanthoceras pertenece a la familia de las Sapindáceas y cuenta con una sola especie, Xanthoceras sorbifolium, originaria del norte de China y también presente de forma natural en Corea. Fue introducida en Francia en 1866, pero se cultiva demasiado poco allí. Apenas se encuentra en parques urbanos o jardines botánicos, como el Jardín de Plantas en París donde se puede admirar un bello ejemplar. Muy resistente al frío una vez adulto, el arbusto se adapta a suelos calcáreos profundos y drenados, así como a la sequía estival una vez bien enraizado. En general, teme solo los suelos demasiado húmedos y los veranos calurosos y húmedos.

Se trata de un gran arbusto o pequeño árbol de crecimiento lento, de porte tupido, que alcanza en promedio entre 3,50 m y 4 m de altura y casi lo mismo de ancho. Forma un tronco único o varios troncos y tiene una corona extendida, poco ramificada. Su corteza es de color marrón oscuro y se agrieta con la edad. El follaje caduco está compuesto por hojas pinnadas de 12 a 30 cm de largo, divididas en 15 a 19 folíolos ovales y dentados, siendo los folíolos terminales a menudo trilobulados. Los brotes jóvenes son de color verde ácido, las hojas se vuelven verde brillante en verano y luego dorado en otoño antes de caer. En invierno, las ramas están desnudas. La floración ocurre de abril a junio según las regiones, es abundante y dura de 4 a 6 semanas. La planta produce tanto inflorescencias con flores masculinas como otras con flores bisexuales. Las inflorescencias bisexuales se producen en el extremo de las ramas, mientras que las inflorescencias masculinas, erguidas, se forman más abajo en las ramas. Cada panícula, de forma cónica, mide de 15 a 25 cm de largo. Contiene numerosas flores con 5 pétalos de 2 cm de diámetro, de forma campanulada, ligeramente perfumadas, muy apreciadas por las abejas. Los pétalos son blancos mientras que la garganta de la flor cambia gradualmente de verde a amarillo ácido, naranja y rojo violáceo oscuro. Después de la polinización, las flores dan lugar a cápsulas esféricas de 5-6 cm de diámetro que maduran en septiembre. Cada una, dividida en 3 lóbulos, se abre para liberar de 6 a 18 grandes semillas redondas, negras y brillantes, comestibles, ricas en aceite, con un sabor que recuerda a la nuez de Macadamia.

El Xanthoceras sorbifolium es un arbusto ornamental original para plantar aislado en un pequeño jardín o en un macizo vegetal. Puede convivir con otros arbustos florales poco conocidos para crear una escena original que sorprenderá a sus visitantes, como el Clerodendron trichotomum, con grandes hojas verdes oscuro que contrastarán con el delicado follaje del Xanthoceras, mientras que su floración tardía tomará el relevo, antes de sorprender con sus frutos decorativos sin igual. Otro arbusto poco común y de crecimiento lento que puede encontrar su lugar junto al Xanthoceras es el Garrya elliptica, con follaje persistente compuesto por pequeñas hojas verdes bastante oscuras y algo lustrosas, que contrastarán con el verde brillante del Xanthoceras. Pero sobre todo, cuando este último haya perdido sus hojas, el Garrya encantará el invierno con sus largos gatitos colgantes en las ramas, como tantos adornos en un candelabro.

Un arbusto excepcional: en China, se utiliza el Xanthoceras sorbifolium para vegetalizar las montañas estériles y combatir la desertificación. Sus raíces contribuyen a fijar los suelos y limitar la erosión.