Selaginella lepidophylla - Selaginela

A simple vista, esta Doradilla, conocida como Selaginella lepidophylla, forma una bola de hojas secas, marrones, que parecen sin vida. Se despliega al entrar en contacto con el agua, recuperando poco a poco vida y color, mostrando su hermosa roseta escalonada, con hojas finamente anidadas y recortadas, evocando tanto las frondas de helecho como el perejil. Esta 'rosa' es en realidad una planta sin flores ni semillas, cercana a los helechos, que parece vivir del aire del tiempo. Es una curiosidad de la naturaleza para contemplar de cerca, pero también un ejemplo perfecto de adaptación al entorno desértico. Caprichosa y a veces desconcertante, se cultiva en suelo ácido, muy ligero, que no retiene agua, y protegida del frío. Hará feliz a grandes y pequeños.

A veces llamada Planta de resurrección o también Flor de Roca, esta planta perenne 'arcaica' pertenece a la familia de las selaginelláceas, un género que forma parte del grupo de los pteridófitos, también llamados helechos. Son plantas fósiles, que constituyen la primera civilización vegetal terrestre, aparecida hace 400 millones de años. La Selaginella lepidophylla es originaria del desierto de Chihuahua, situado en la frontera entre el sur de Estados Unidos y el norte de México.

Durante su período de vegetación, en un entorno húmedo, se presenta en forma de una roseta desplegada de porte tapizante, muy abierta, compuesta de hojas persistentes de color verde claro en el centro, más oscurecidas en el perímetro, notablemente recortadas y ramificadas en hojas dentadas, similares a escamas anidadas unas en otras. Cuando llega la sequía, la planta entra en reposo, perdiendo hasta el 97% de su masa, retirando toda la savia de su follaje para entrar en dormancia. Se va enrollando progresivamente, formando una bola seca y marrón. Esta planta se reproduce por esporas, al igual que los helechos. Las esporas se emiten rápidamente durante el período de vegetación, y germinan igualmente rápido en un entorno húmedo para formar nuevas plantas. Cabe destacar que una planta muerta, si no reverdece al contacto con el agua, conservará sus propiedades mecánicas que le permiten desplegarse y cerrarse en bola.

Reciba en su hogar la Doradilla, en macetas o en un platillo que se llenará de agua para admirar el espectáculo de su resurrección. Es un placer siempre renovado. Según algunas creencias, una planta vecina llamada Anastatica hierochuntica o rosa de Jericó original, traerá buena suerte a quien la protege, de generación en generación.