Crocus gargaricus

El Croco garganicus, a veces llamado Croco de Gargano, es una especie silvestre raramente cultivada en jardines. Se caracteriza por tener grandes flores en forma de copa de color amarillo-anaranjado, uno de los más intensos entre los crocos. Florece a finales del invierno o principios de la primavera, antes de que se desarrolle el follaje. Esta especie prefiere suelos húmicos y frescos que no se sequen demasiado en verano. Los bulbos se plantan al sol o a media sombra, dispersos en un césped que se cortará tardíamente o en bordes de camino.

El Croco garganicus a veces se confunde con el Croco  thirkeanus (también llamado herbertii), que tiene flores más pequeñas y se propaga por estolones. El croco de Gargano, mucho más raro en la naturaleza, solo se encuentra de forma natural en el Monte Ida en Turquía. Su hábitat consiste en pastizales húmedos situados entre 1300 y 2000 m de altitud. Por lo tanto, es una especie bastante delicada de cultivar fuera de praderas montañosas algo húmedas. En cultivo, la planta florece de febrero a abril, dependiendo del clima. Cada bulbo produce de 1 a 3 flores largas de 4 a 7 cm que emergen del suelo. Las flores, en forma de copa alargada, presentan un color amarillo-anaranjado muy uniforme, con un centro del mismo color. Se cierran por la noche y con mal tiempo para abrirse ampliamente al sol e incluso a la sombra parcial. El follaje es caduco en verano, compuesto por 3 a 4 finas hojas lineales, simples y alternas, de color verde oscuro. Los 'bulbos' son en realidad cormos de 1 cm de diámetro cubiertos por una túnica reticulada. Un cormo es, en morfología vegetal, un órgano de reserva subterráneo que tiene el aspecto de un bulbo, pero está formado por un tallo hinchado rodeado de escamas.

El Croco garganicus deleitará a los coleccionistas de bulbos raros que intenten aclimatarlo en su jardín o en un jardín de rocas alpinas. En este uso, se asociará con plantas perennes alpinas que tienen los mismos requisitos de cultivo: gencianas, flor de las nieves, primula del Himalaya... También se puede intentar naturalizarlo en una pradera húmeda hasta junio, un poco más seca en verano, en un suelo no calcáreo.

Un truco de los crocos: las raíces tienen la particularidad de poder contraerse como un resorte para permitir que la planta se fije a la profundidad ideal para ella.