Yiaogulan - Gynostemma pentaphyllum

El Jiaogulan o té de la inmortalidad, en latín Gynostemma pentaphyllum,  es una vigorosa planta trepadora originaria de Asia con apariencia de vid virgen. Se cultiva como planta medicinal, por sus hojas preparadas en infusión, pero también como planta ornamental. Muy resistente, el Jiaogulan se instala tanto en terreno abierto, donde constituye una hermosa planta de media sombra fresca, como en una maceta grande en la terraza o balcón. Una tradición oral cuenta que el consumo regular de Jiaogulan tendría un efecto en la longevidad, de ahí su apodo de té de la inmortalidad. Las hojas se recolectarán según las necesidades, a lo largo de la temporada, entre abril y octubre.  

El Gynostemma pentaphyllum es una planta originaria de Asia (India, China, Taiwán, Malasia, Japón y Corea) que forma parte de la familia de las Cucurbitáceas, al igual que los calabacines y las calabazas. Es una planta trepadora de raíz vivaz, resistente al frío, que necesitará un soporte para sujetarse o se desarrollará en el suelo si tiene espacio. En terreno abierto, el Jiaogulan puede alcanzar una altura de 4 a 8 m. Cultivada en macetas, sus dimensiones serán más modestas. El foliaje es muy denso, será caduco en invierno en la mayoría de nuestros climas, semipersistente si la planta está protegida del frío. Las hojas son de un verde oscuro, palmeadas, recortadas en folíolos lanceolados y dentados en el borde que presentan una nervadura pinnada. La floración toma la forma de paniculas compuestas por pequeñas flores amarillo pálido, entre abril y octubre. 

Las hojas del té de la inmortalidad, de sabor dulce, se utilizan en infusión, solas o mezcladas con otras plantas. Los japoneses utilizan el Jiaogulan para reemplazar el azúcar en algunas bebidas. Esta planta es rica en antioxidantes y contiene más saponinas que el ginseng. Utilizado en la medicina tradicional china, el té de la inmortalidad es conocido, entre otras cosas, por fortalecer las defensas naturales, aumentar la vitalidad y ayudar al organismo a resistir mejor el estrés.

Cultívalo en terreno abierto en el huerto o en maceta, a media sombra, en una tierra rica, humífera, que permanezca siempre un poco húmeda.

La cosecha : las hojas se recolectan durante todo el año (excepto en períodos de heladas), según las necesidades.

La conservación : idealmente, las hojas se consumen frescas, justo después de la recolección. Sin embargo, es posible secarlas, colgando un ramo de tallos, con la cabeza hacia abajo, en un lugar seco, aireado y protegido de la luz. 

El truco del jardinero : Para que la tierra no se seque en verano y esté aislada del frío en invierno, le recomendamos cubrir el suelo con finas capas sucesivas de césped cortado, preferiblemente mezclado con hojas secas. Esta protección también reduce el deshierbe.