Alpinia galanga - Galanga

La Alpinia galanga es más conocida como Galanga, es una gran vivácea rizomatosa comúnmente utilizada en aromaterapia y en la cocina asiática, por su rizoma aromático. También es una planta de cultivo fácil y más resistente de lo que se cree, que tiene elegancia y ofrece una floración agradablemente perfumada. Un poco como un canná gigante, forma un grupo de hojas anchas y largas erguidas más grandes que un hombre, de donde emergen algunas racimos de flores amarillo pálido muy fragantes, en verano u otoño según el clima. A pesar de sus orígenes y su aspecto fuertemente tropical, el jengibre rojo es capaz de sobrevivir a breves heladas del orden de -12°C, bajo un buen mantillo protector. Al igual que muchos jengibres, aprecia la media sombra, los suelos frescos pero sueltos y drenados, y se cultiva tanto en terreno abierto como en maceta.

Originaria del sudeste asiático, más precisamente de Asia tropical (Tailandia, Indonesia, Malasia...), la Alpinia galanga es una planta vivácea rizomatosa perteneciente a la familia de las Zingiberáceas. La planta tiene nombres evocadores para los francófonos como Galanga de la India, Galanga del Siam, Jengibre del Laos, Jengibre tailandés, Jengibre rojo. Su vegetación, persistente en clima adecuado, es anual en terreno abierto bajo nuestros climas que están sujetos a heladas. Por lo general, emerge del suelo en abril y desaparece en otoño. A la madurez, un grupo de Alpinia galanga medirá aproximadamente 1,80 m de altura. El rizoma nudoso, carnoso y subterráneo, de color rojizo en la superficie, presenta anillos circulares característicos. Cada año emite pseudo-tallos que en realidad son rollos apretados de hojas, como en los cannas o los plátanos. Las grandes hojas bastante delgadas pero gruesas forman dos filas. Su color es un verde bastante claro. El grupo, denso, se expande año tras año. Florece en verano u otoño según el clima, si la duración de nuestra temporada cálida es suficiente para inducir la floración. Las inflorescencias en racimos terminales sobresalen del follaje, llevan muchas pequeñas flores perfumadas, blancas marfil a amarillo pálido.

El Jengibre rojo es ideal para dar un toque exótico y exuberante al jardín, en un clima no muy riguroso. Plantado a media sombra, junto con Lirio de arroyo y Taro, ¡el efecto de evasión está garantizado! También encontrará su lugar en una maceta grande en la terraza, para resguardar en regiones frías. Este Alpinia, persistente en sus tierras de origen, es también una excelente planta de veranda, decorativa todo el año. Sus flores perfumadas son muy apreciadas en los ramos. Piense en instalarlo en una situación semisombreada y en un suelo que permanezca fresco.

Propiedades: El aceite esencial contenido en el rizoma se llama "esencia de Amali". Muy perfumado, se utiliza en la medicina tradicional asiática y en la aromaterapia moderna para tratar numerosas afecciones.