Eucalyptus obliqua

El Eucalipto obliqua es uno de los gigantes de su género, pudiendo alcanzar en sus tierras de origen cerca de 90 m de altura. Formando un árbol de porte relativamente estrecho y muy erguido, este imponente árbol se viste con una corteza gruesa y rugosa, de color marrón o grisáceo. Su follaje perenne de un hermoso verde brillante es decorativo durante todo el año. En primavera, aparecen pequeñas flores blancas en pompones, pero esta floración es bastante discreta dada las dimensiones del árbol. Resistente al viento, necesita un suelo neutro a ácido, bien drenado, y se desarrolla bien en climas húmedos. Su rusticidad limitada reduce las posibilidades de aclimatación en Francia, excepto en las zonas más suaves de la costa atlántica.

El Eucalipto obliqua pertenece a la extensa familia de las Mirtáceas, como el Callistemon (Limpiabotellas), el Guayabo o, por supuesto, el Mirto. El género Eucalyptus cuenta con más de 800 especies, prácticamente todas originarias de Australia, salvo algunas que provienen del sudeste asiático. Algunas forman pequeños arbustos, mientras que el E. regnans es el gigante del género, seguido de cerca por el E. obliqua.
Esta especie es originaria de una amplia zona que se extiende desde el sur hasta el este de Australia (estados de Australia Meridional, Victoria, Nueva Gales del Sur, hasta el sur de Queensland), así como en casi toda Tasmania. Crece tanto en zonas costeras como en laderas de colinas o en áreas montañosas frescas, hasta 1200 m de altitud. Se desarrolla en diferentes tipos de suelos, siempre bien drenados, en bosques húmedos, junto con otras especies de Eucalyptus de gran tamaño, como el E. nitens. En una extensión geográfica tan vasta, este árbol se enfrenta a diferentes climas, que van desde temperaturas cálidas en verano hasta heladas ligeras pero frecuentes en invierno, y precipitaciones anuales de 500 mm a más de 2 m.
Este árbol monumental, cuyo ejemplar vivo más grande actualmente mide 86 m de altura (en el pasado, se identificaron ejemplares que se acercaban a los 100 m de altura...) forma un tronco interminable que puede alcanzar un diámetro de 3 m. También tiene la particularidad, bastante común en los Eucalyptus, de desarrollar un lignotúber, una formación subterránea rica en almidón destinada a reconstituir la parte aérea en caso de destrucción (especialmente por el fuego). Así, tiene la facultad de poder rebrotar desde la cepa, con numerosas yemas axilares desarrollándose en todas direcciones.
Creciendo en el bosque con sus congéneres, este árbol suele tener un porte bastante erguido debido a la competencia entre individuos. Plantado de forma aislada, su copa se abre adquiriendo una apariencia más extendida. El tronco masivo está cubierto de una corteza gruesa y rugosa, de aspecto fibroso o filamentos (de ahí su denominación en inglés de stringybark, "corteza filamentosa"). Esta corteza se extiende hasta las ramas, aunque a veces las de diámetro pequeño están cubiertas de una corteza lisa.
El follaje juvenil muestra hojas más o menos ovales, un poco más anchas en la base y afiladas en el extremo, midiendo de 6 a 21 cm de largo por 2,3 a 8,5 cm de ancho. Las láminas foliares, llevadas por pecíolos cortos, son opuestas y de color verde. Las hojas adultas tienen aproximadamente el mismo tamaño, aunque ligeramente más estrechas, de forma lanceolada a ligeramente falciforme. De color verde con una superficie brillante, se distinguen fácilmente por su base asimétrica, uno de los bordes de la lámina descendiendo más bajo que el otro, lo que le dio el nombre científico a esta especie (del latín obliquus). Este follaje es apreciado por los koalas, que son aficionados a él.
La floración, que puede ocurrir prácticamente durante todo el año en Australia, suele estar más extendida entre marzo y junio bajo nuestros climas. Pequeñas flores blancas, formadas por los estambres (los pétalos están ausentes) se agrupan en umbelas de 11 a 15, formando así pompones en la axila de las hojas. Luego evolucionan en frutos, cápsulas marrones en forma de urnas, sin interés ornamental.
Este árbol gigante aprecia los climas húmedos y frescos, pero también tolera los veranos calurosos, siempre y cuando no experimente sequías prolongadas. Resiste a fríos no demasiado intensos, hasta aproximadamente -5°C, lo que restringe las posibilidades de aclimatación en Francia. La costa atlántica poco expuesta a las heladas es probablemente la más adecuada, ya que podría verse afectado por la sequía en la Costa Azul, excepto quizás en algunas estaciones raras (como el valle de los helechos arborescentes en el jardín de Rayol Canadel...).

El Eucalipto obliqua interesará principalmente a los coleccionistas en zonas atlánticas con alta pluviosidad. Formará un sujeto monumental plantado de forma aislada en un césped, o en segundo plano de un macizo. Poco común, se estima que podría alcanzar entonces los 45 m de altura por 15 a 20 m de ancho, lo que requiere tener un terreno grande para instalarlo. Se pueden plantar helechos arborescentes a su base, también amantes de la humedad, para crear una escena exótica de gran belleza. Y para reforzar aún más este efecto, ¿por qué no dejarse tentar por el Wollemia nobilis, un raro conífera australiano con una ramificación magnífica y evocadora de este lejano continente.