Iris hollandica Mix - Iris de Holanda

Aquí tienes una mezcla de Iris de Holanda (x), que reúne numerosas variedades de Iris de Holanda con diferentes colores. Estos iris bulbosos producen flores de gran tamaño, estilizadas y vivamente coloreadas a finales de primavera o principios de verano, más temprano o más tarde según el clima y las variedades, que se destacan por su elegancia y su resistencia en macizos, así como en ramos. Si bien las flores de estos iris son muy apreciadas en floristería, también son muy bellas en el jardín, plantadas en grandes grupos entre grandes plantas perennes o cerca de arbustos florales.

Los Iris de Holanda, o iris bulbosos, tienen un órgano de reserva subterráneo en forma de bulbo y no de rizoma como sus famosos primos los Iris germanica, o Iris de los jardines. Pertenecientes a la misma familia botánica que estos últimos, las iridáceas, también se diferencian de ellos por la ausencia de "barbas", esas bonitas lenguas suaves y coloridas que se encuentran en los sépalos colgantes de los iris germanica. Los iris de Holanda nunca han crecido de forma silvestre en el suelo neerlandés, sino que provienen del cruce entre 2 especies botánicas principales: el Iris filifolia, a veces confundido con el Iris xyphium que se le asemeja, ambos originarios de España y el norte de África, y el Iris tingitana, de Tánger y el norte de Marruecos. La genealogía de los híbridos de Holanda a veces es confusa, pero el resultado siempre es notable. Sus flores, algo subestimadas en el jardín, son muy apreciadas en floristería.

Con el tiempo, los Iris de Holanda forman un mechón erguido y muy estrecho de 50-60 cm en flor. Estas plantas perennes se extienden sin límite teórico mediante la producción de bulbillos. Generalmente florecen en mayo-junio, durante 2 a 3 semanas, en tallos sólidos contra el viento. Las flores solitarias o agrupadas de a 2 en los tallos, de 8 a 15 cm de diámetro, son relativamente delgadas en comparación con las de los Iris germanica, pero poseen una elegancia indiscutible. Presentan 3 pétalos erectos, afilados, translúcidos. Bajo este trío se encuentran 3 sépalos dispuestos en quincunce. Están erectos en la base, colgantes en sus extremos, a veces casi horizontales, estrechamente unidos a los estilos pétaloides dentados en el borde. Más anchos, son espatulados y presentan un punto amarillo dorado. Cada flor puede vivir 5 a 7 días, incluso en un jarrón. El bulbo es redondo, de 2 a 3 cm de ancho, cubierto por una túnica fibrosa de un beige rosado. Produce algunas hojas lineales, delgadas y coriáceas, que recuerdan un poco a las de una gramínea, de un verde algo glauco, a menudo ligeramente estriadas y dobladas hacia el suelo. Por lo general, aparecen en otoño, persisten más o menos según la rigurosidad del invierno y se secan en verano, durante el período de reposo.

Menos conocidos y menos utilizados por los jardineros que los Iris germanica, los Iris de Holanda son sin embargo fáciles de cultivar en suelos ligeros y fértiles y poseen una elegancia indiscutible. Plántalos en grupos de 10 a 20 bulbos: volverán año tras año para ofrecerte cada vez más flores elegantes y alegres, que combinan bien con las floraciones primaverales de los arbustos florales. Son igualmente magníficos instalados en medio de plantas perennes como las peonías y los lirios de un día, que ocultarán su ausencia en verano, cuando están en reposo. Sus orígenes mediterráneos les confieren una excelente adaptación a la sequía estival. Finalmente, corta sus flores para hacer ramos con rosas, lirios o incluso tulipanes tardíos. Todos los iris necesitan una exposición soleada para florecer bien. Ofréceles al menos medio día de pleno sol al día.